Repara en los detalles de la ciudad. Se detiene en las aldabas, esos elementos capaces de desafiar y desdecir el impacto del tiempo, contrastante con la porosidad de la puerta, pueden recuperar su brillo, su función, pueden recontextualizarse. Por eso en los lienzos parecen anunciar el amanecer, el camino, la travesía marítima. En los fragmentos de puerta -que también de La Habana- son entonces un aviso a la fe, a la conciencia de un hombre que se piensa aquí y ahora.