INAUGURACIÓN

El extraño conciliábulo del arte

La impronta de los creadores del patio es sumamente fecunda, destacar en disímiles muestras sus valores ideoestéticos representa un verdadero reto para los organizadores, máxime cuando los convocados son artífices con una trayectoria relevante en el mundo de las artes visuales. Cada exposición debe ser un nuevo encuentro con sus discursos, amén de los amplios referentes conocidos por todos.

Cuatro estéticas se agrupan en esta plataforma que significa “Complicidades”. Complicidad en el arte y entre sí, santiagueros de ida y vuelta asociados en franca sintonía para mostrar sus recientes disquisiciones. La prístina idea de reunir a estos grandes creadores, afianzados en una amistad probada para y por el arte viene a confirmar que los misterios de la creación superan el más inocuo propósito. Pues lo que en una principio premonizaba un concilio
camaraderil devino en sustancial entrega.

Otro criterio sugerido es el del enfoque dialógico con tendencias diversas dentro de sus producciones pero que a la vez no se divorciaran parcialmente de sus estéticas afianzadas dentro de las artes visuales contemporáneas, con el objetivo de expandir la mirada hacia límites insospechados o desconocidos entre nosotros. Estilos con un denominador común: el oficio asentado por una larga tradición, que se aprestan al servicio de otras formas más transgresoras o “diferentes”, en las que se varíen los formatos o confluyan las manifestaciones, alejándose de la “pureza” de ellas, no advenidas de manera brusca sino como resultado de su propio devenir artístico. Así se conjugan las estéticas de Julia Valdés Borrero, Eduardo Roca Salazar (Choco), Nelson Domínguez Cedeño y Alberto Lescay Merencio.

La remembranza de la pintura matérica se entrevé en las propuestas de Julia Valdés, que rasga, hilvana, tachonea, agrega y se hunde en la profundidad de sepias, de interrogantes ontogénicas. El concepto de instalación se extiende en Alberto Lescay y permite la integración de múltiples objetualidades, no exime nada y su ambición de dominar la pintura también se entreteje en esta suerte de
bitácora-diario-crónica en que la vida transcurre a través del cúmulo de recuerdos. Nelson Domínguez atrae con una
Yemayá que asombra por la fuerza de la mancha de los azules, las texturas y la libertad ilimitada, donde se
conjuga la sensualidad con el rito. Las siluetas proféticas de Eduardo Roca Salazar armadas mediante latas desechadas son un ejemplo de la condición humana, del individuo sometido a un plano agreste.

“Complicidades” es mucho más que estéticas encumbradas. Es también el hermoso elogio a una ciudad-arte, a los maestros de siempre, al reencuentro con un entorno conocido, es un extraño conciliábulo al que también asistimos, en el que las demarcaciones no existen y verificamos las infinitas posibilidades de la creación.

Gretchen Laborde Delgado
Junio, 2015

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