En esta muestra las obras de ambos artífices distan en semejanzas formales y estilísticas. Representan la otredad que les caracteriza. No obstante, en ella se adhieren imágenes de algunas de sus piezas figurativas que han realizado conjuntamente en los últimos años entre las que se encuentran la escultura a Alicia Alonso, Enriqueta Favez, Dante Alighieri y Eusebio Leal, recientemente develado.
Es importante resaltar que esta exposición tuvo su antecedente en el ámbito capitalino donde bajo el título de En la misma cuerda, ambos artistas establecieron una retroalimentación armónica. En Convergencia, una vez más, Villa seduce con sus volúmenes. Las texturas, las soluciones estéticas son extraordinarias. Sus obras Arpa, Cíclope, Rueda y Pensador del 2020 son alusiones corpóreas de elementos reales tratados como metáforas. Vigor, vivacidad, excelencia, belleza y gracia son algunos de los calificativos que pudieran describir las mismas.
Por otro lado, Cisneros acude con la reflexión. Las piezas El Salto, Zib y Cabezas de esfinge I y II subrayan que con recto juicio ejecuta la escultura. La gracia del artista es palpable. De Cisneros se puede decir como Vasari de Miguel Ángel, “Por arte de mano y de ingenio hace disfrutar de soberbias representaciones”.
Esta ocasión remarca una vez más la intención del Sistema Caguayo de contribuir al desarrollo de la escultura cubana y el impulso de sus quijotes. La Galería René Valdés acoge este proyecto que hoy finalmente se concreta y será posesión del público cubano. Convergencia de Villa y Cisneros, dos grandes del arte de estos tiempos.